miércoles, 22 de abril de 2009

El valor del esfuerzo

¿Estoy realmente esforzándome todo lo que puedo para conseguir mis objetivos? Hay veces que me hago esta pregunta.

Cuando basas tu vida en alcanzar metas, el esfuerzo no es lo que de verdad importa. Lo significativo es si alcanzas tus objetivos o no.

¿Realmente quieres acostarte sintiéndote agotado? No tiene sentido.

Al centrarte en hacer mucho trabajo para ser productivo puede que estés olvidándote de ser eficaz.


Comprende tus metas

Puedes tener claro que es lo que quieres. Pero, ¿sabes exactamente que implica?

Hace poco, pensando en nuevas metas, me di cuenta de que quería tocar el violín. No tengo ningún conocimiento sobre música y la última vez que escuché un violín en directo fue hace un año.

Realmente lo que quiero no es aprender a tocar el violín, sino tocar una pieza muy concreta, el 4º movimiento de la 9ª sinfonía de Beethoven (Oda a la alegría).

¿Cuánto tiempo necesitaría para aprender a tocar el violín? ¿Y para esta pieza en concreto? La diferencia de tiempo, dinero y esfuerzo necesarios es enorme.


Pasa a la acción

Ahora ya tienes claro que es exactamente lo que quieres. ¿Qué tienes que hacer para conseguirlo?

Piensa en tareas específicas con un objetivo claro y que consuma, cada una, menos de una hora.

Por ejemplo, limpiar la casa durante 3 horas puede convertirse en limpiar el polvo, barrer y pasar la fregona en la cocina, la sala de estar, el dormitorio, etc., consumiendo cada actividad hasta menos de media hora.

Si las tareas que tienes en tu lista no cumplen estas condiciones, intenta dividirlas en otras más pequeñas y operativas. Así tendrás un motivo para acabar pronto. :)

Para metas que te parezcan imposibles de alcanzar o que te den pereza escribe al menos 3 tareas de como has leído y comprométete a realizar una de ellas hoy, otra mañana por la mañana y otra pasado mañana por la mañana.

Si has identificado tu meta ve a por ella e intenta alcanzarla lo más rápido posible. Así evitas dejar las cosas para el día siguiente. Aplazarlo para mañana acaba significando no hacerlo nunca.


Piensa a lo grande

Considera tu lista de metas como un conjunto y piensa como alcanzar cada una de ellas.

Luego, identifica los puntos en que esos métodos pueden entrar en conflicto. También es de utilidad aprovechar el esfuerzo de una meta para lograr otra.

Por ejemplo, imaginemos que tus metas fueran ganar dinero y disfrutar de tu familia. En este caso, trabajar 12 horas al día para lo primero no te dificultaría conseguir lo segundo. Sin embargo, podrías iniciar un pequeño negocio desde casa que te permitiera estar allí cuando tu familia llegue.

La conclusión de todo esto es que el valor del esfuerzo no proviene de cuánto te mueves sino de cuánto consigues. Si te centras, con el mismo esfuerzo, alcanzarás logros mucho mayores.

¿Y tú? ¿cómo te esfuerzas?

1 comentario:

  1. hey, me suena muy bien esto- "consumiendo cada actividad hasta menos de media hora." -- voy a hacerlo hoy, con una tarea que tiene que ver con financias - un proyecto grande... gracias, amigo!

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