miércoles, 15 de abril de 2009

Una vida centrada en valores

¿Se centra tu vida en alcanzar objetivos? Si tienes esas metas es porque todavía no las has alcanzado. Puede llegar el momento en que pienses que nunca lo lograrías. Incluso puedes llegar a rendirte. Una vida centrada en valores resuelve este y otros problemas.

¿Cómo te sentiste la última vez que abandonaste una meta importante?

Hace algunos años yo quería dedicarme a la política, quería cambiar el mundo. Entré en un partido político y me frustré porque no progresaba. Abandoné.
Más tarde, lo intenté en la Universidad pero me volvió a pasar lo mismo. Volví a abandonar.

¿Puedes imaginarte como me sentía? ¡Había abandonado mi sueño no una, sino dos veces! Estaba derrotado. No paraba de pensar que yo no valía lo suficiente para alcanzar mi objetivo. Eso hace mucho daño a la autoestima.

Pero bueno, con valor y constancia puedes seguir en tu lucha y al final lograr tu objetivo. ¿Qué ocurre entonces?

Si alcanzar lo que ya has conseguido era el centro de tu vida, ¿qué brújula usarás ahora?

Puedes reorientarte hacia objetivos superiores en la misma dirección. Aunque esto provoca una especie de asfixia existencial: te esfuerzas mucho, cada vez por objetivos mayores, pero ninguno te permiten sentirte realizada/o.

También puedes cambiar completamente el rumbo de tu vida cada vez que alcanzas un objetivo importante. No es malo, de hecho, es incluso beneficioso experimentar en varios campos. Pero si se transforma en un hábito acabas sintiéndote desorientada/o.

En cualquier caso, llega un momento en que no tiene sentido seguir poniéndote metas y luchar por ellas. Sientes que estás perdiendo el tiempo y que no le sacas el máximo provecho a la vida.


¿Qué valores son importantes para tí?

Presta atención a tus metas. ¿Reconoces algo común a todas ellas?

Supongamos que tus metas son conseguir un trabajo fijo y formar una familia. Pregúntate cómo te beneficiaría alcanzar cada una de esas metas, para qué serviría.

No te conformes con respuestas superficiales como “para ganar dinero” o “para tener hijos”. Intenta conseguir una respuesta profunda. ¿Qué satisfacción te aportarían estas metas? ¿Qué te recuerdan que te falta?

Cada persona encuentra respuestas diferentes a esta pregunta. En este caso, yo reconozco en el ejemplo el factor común de la estabilidad o, de forma más general, la seguridad.

Incluso estas respuestas pueden cambiar con el tiempo. En un primer momento puede ser un duro golpe. Sin embargo, darte cuenta de que aquello por lo que te has estado esforzando ya no es valioso para ti es el primer paso hacia una vida más satisfactoria. La apertura al cambio y la flexibilidad son esenciales.

Poner todo tu empeño en luchar directamente por los valores que consideras importantes te ahorra esfuerzo en metas que no sirven a este propósito.

En una vida centrada en valores eres consciente de que luchar por ellos es un proceso. No importa si te encuentras con dificultades y los resultados que obtienes no son tan buenos. Ya no es necesario compararse con las metas marcadas, lo importante es esforzarte al máximo por los valores en los que crees.

¿Y tu vida? ¿Está centrada en valores?

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