miércoles, 13 de mayo de 2009

Cómo controlar tu vida

¿Sientes que tu vida no es como debería ser? ¿Te preocupa fracasar si intentas conseguir lo que quieres? ¿Piensas que tu familia o amigos no tolerarían el cambio que tienes en mente? ¿Es tu situación demasiado complicada para arriesgarte a cambiarla?

El primer paso es saber lo que quieres hacer. Pero si te quedas ahí nunca cambiará nada. Para controlar realmente tu vida tienes que pasar a la acción. Acaba con las trampas mentales que te impiden conseguirlo.


Miedo al fracaso

Puede que temas las consecuencias materiales de luchar por tu objetivo. El esfuerzo, el consumo de tiempo, lo que dejas de hacer para lograr lo que buscabas... Si realmente no te satisface la vida que tienes ahora, todas estas pequeñas cosas son insignificantes. Tienes muy poco que perder y una vida llena de significado que ganar.

¿No crees ser capaz de lograr el cambio? ¿Por qué? Si has llegado a dónde estás hoy, no importa tu edad, ya has recorrido un camino muy largo. Has superado obstáculos que te has encontrado y has ganado experiencia que te será útil en el futuro.

Hoy no es más difícil lograr el cambio, es más sencillo. Lo que has logrado antes, puedes volver a conseguirlo en el futuro. Lo que ahora sacrificas por vivir una vida más plena podrías recuperarlo si cambiaras de opinión.

Esta es una de las ideas que más me ayudó a dejar de ser tímido e introvertido. No hay nada que se pierda realmente, si algo vuelve a ser una prioridad para ti podrás recuperarlo.


Acepta la responsabilidad

Llevas toda tu vida tomando decisiones. A veces hacías lo que creías mejor otras temías las consecuencias y dejabas que otros decidieran. En ambos casos era tu elección. Siempre has tenido la posibilidad de hacer las cosas de manera diferente.

Aunque formalmente otro tome la decisión, las consecuencias te afectan igualmente. ¿Qué prefieres? ¿Sentirte como una víctima o controlar tu vida y llevarla lo mejor que puedas? Te toca decidir.

No tienes la obligación de pedir permiso o de dar explicaciones por tu comportamiento. Da igual lo fuerte que sean las relaciones que tengas con tu familia, amigos, etc. A quién más afectan tus decisiones es a ti. No dejes que lo que los demás te digan suponga una barrera para pasar a la acción.

Esto no significa que no aproveches la experiencia de los que te rodean. Puede ser muy útil y sería una pena rechazarla. Si tienes claro el “qué”, los expertos pueden ayudarte mucho con el “cómo”. Pero en cualquier caso, tú tienes la última palabra.

Decidas lo que decidas piensa en las consecuencias que pueden tener tus actos y aceptalas sean cuales sean. Lloriquear no va a servirte de nada salvo para deshacerte de la libertad y el poder que habías conseguido.


Si realmente quieres controlar tu vida mantén en mente tu objetivo. Así te darás cuenta de lo relativo que es el valor de lo que tienes en una vida que no te satisface.

Arriesgar algo que no te hace feliz por alcanzar una vida plena es un buen negocio. Especialmente cuando sabes que, si cambias de opinión, puedes recuperar lo que tenías.

Al aceptar las consecuencias de tus propias decisiones, sin miedo al fracaso o la pérdida, sentirás que tienes verdadero control sobre tu vida.

¿Y tú? ¿Cómo haces para controlar tu vida?

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